Más que discursos, que pueden resultar palabras demasiado lavadas o manoseadas sueño con abrazar su cuerpo, darle un abrazo fuerte y lleno de ese mismo amor que él nos legó aquél día11 de Noviembre de 1983, en la Catedral de Concepción y decirle al oído simplemente gracias, gracias, gracias... por todo (ese todo que sería laaaargo y muuuuy tedioso para muchos pero que él y yo y muuuuuuchos otros tenemos la enorme suerte de conocer demasiado bien).
No hay más palabras, sólo quiero dejarte aquí amigo mío, querido Sebastián, el poema que escribí hace muchísimo tiempo atrás cuando siendo aún muy joven descubrí junto a tu nombre todo el horror que somo capaces de engendrar entre hermanos de una misma nación e incluso condición pero también toda, toda la grandeza de que somos capaces de entregar.
CATEDRAL
Yo supe de un hombre
hace algún tiempo
pero debo aclararles ciertamente
que en él la palabra hombre
se eleva y se agiganta
se eleva aun más y se enaltece
dejándonos la vara de su ejemplo
tan alto como un dios sobre el Olimpo
Yo supe de ese hombre acorralado
que lanzó al viento su suplica angustiada
Sebastián de manos agrietadas
de tanto suplicar clemencia
de tanto golpear mil puertas,
todas herméticamente cerradas
Acevedo tus ojos mutilados
por el llanto irrefrenable
distinguen aun así los ojos suyos
y de su garganta brotan
dos nombres amorosos
más valiosos que el aire que respiras
más bellos que la vida son sus vidas
Así te ofrendas
todo hombre- padre
frente a la nula conciencia del infame
que secuestró a quienes son tu carne
y son tus huesos
y lejos de tus manos lo mantiene
en aves prisioneras convertidas
Un ultimó suspiro aletargado
en palabras que apenas dibujan tu boca
y tu cierras tu circulo de entrega
Cerraste tu circulo de amor
y en él vaciaste tu corazón de padre torturado
Cerraste tu circulo de amor
y no escuchaste a los que te llamaban a la cordura
cordura que no sirve ni te ayuda
a asegurar la vida de tus palomas
Vaciaste en aquel circulo tu amor
y tu plegaria
vaciaste tu furia encarnizada
vestiste tu cuerpo de bencina
y en la minúscula chispa de una llama
pudiste distinguir el rostro de ella
!María
mi niña , María Candelaria!
y ella no vino…
Días de fútbol , volantines
vienen a darle el ultimo empujón a tu destino
!Galo!
Galo, hijo!
y él no contesta
y entonces ya no existen
ni el tiempo ni el espacio
entonces ya nada te separa de tu ejemplo
Cerraste tus ojos y tu aliento
y entonces esos
tus dos brazos vacíos
se llenan de tu amor a llamaradas
a tu grito de dolor echo de espanto
responden los cuatro puntos
del viento horroriza dos
¿Cuando se vio
más amor derramado?
¿Cuando se vio más hombría
chorreando por las calles?
¿Cuando han acariciado
las nubes de estos cielos
un humo más precioso y más intenso?
que el que expelió tu carne
de hombre echo denuncia
¿Cuando han recibido el granito y el cemento
tesoro más precioso que tu sangre?
¿Y cuando Concepción fue más maldita
que el día que recibió entre sus brazos
tu cuerpo de Jesús carbonizado?
Pero tu te elevas desde allí
en llamarada gigantezca convertido
y en la patria entera el cielo y el suelo se remecen,
se abren , se unen y se estrechan
y te vemos Sebastián hombre - padre
montado en tu caballo
que ha fuego y sangre fue forjado
cabalgas con tu pecho como antorcha encendido
y de un salto caes justo sobre el corazón
y los ojos de los buitres
que arañaban tus entrañas
Pero tu sigue firme en tu cabalgata
y con tu dedo en rayo fulminante
convertido
acusas a los que torturan al hijo de tu vientre y pones en su frente
la marca del traidor
del que con sus propias manos derramo tu sangre
humilde
del que rebano tu corazón
con dos cuchillos
los únicos que en realidad podían herirte
te elevaste sobre todos y sobre todos pasaste como hiciste siempre
te elevaste sobre el humo y el llanto
raudo inquieto
nada raro hubiera sido que volaras al cielo presuroso
para inmolar allí tu alma de hombre padre
ante el mismímo padre celestial
como tu ultima protesta el cuervo
que hoy debora nuestros ojos y entrañas.
Cuando hablamos entonces de dolor y sacrificio
cuando hablamos de amor y consecuencia,
debemos agregar nuevas palabras,
y al diccionario del amor ya conocido
debemos agregarle
…Sebastián y Acevedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario